Nicolás Maduro prometió en agosto que tomaría políticas para mejorar la crisis que sufre el servicio de agua potable. Sin embargo, los ciudadanos alertan que la situación no ha mejorado, puesto que siguen sin recibir el líquido.
Yoleiker Alvarado, un trabajador independiente de 20 años, dijo a EFE que no trabajó el 27 de octubre porque necesitaba conseguir agua para su casa. En consecuencia, tuvo que ir a una boca de incendio para llenar el recipiente.
«Si no estuviese este chorrito aquí, nos moriríamos, porque no hay agua en ningún lado. (…) Trabajo, pero tengo que buscar agua porque, ¿cómo hacemos sin agua? (…) Antes el agua te llegaba a tu casa, (y ya) tengo como dos años buscando agua», aseguró.
El Observatorio Venezolano de los Servicios Públicos advirtió que los habitantes de Caracas y otras 11 ciudades no reciben agua de forma regular. Por tanto, deben pagar un camión cisterna, comprar botellones y buscar el líquido en pozos, quebradas o ríos.
NEGLIGENCIA EN EL SISTEMA DE AGUA
El ingeniero José María de Viana, expresidente de la estatal Hidrocapital, sostuvo que la promesa de Maduro se debe a que “existe un problema”. Sin embargo, consideró que el anuncio “no está ligado a un plan de acción”.
De Viana sostuvo que es “imposible” recuperar el servicio de agua en 2022. Incluso, aseveró que los trabajos pueden tardar dos o tres años con una inversión de 2.000 millones de dólares, tras un “proceso de deterioro acelerado”.
El especialista indicó que se “abandonaron las tareas de mantenimiento y reparación” del servicio de agua potable. Asimismo, apuntó que las «personas que están manejando el sistema no tienen las competencias técnicas para entenderlo».
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El ministro de Atención de las Aguas de la administración Maduro, Rodolfo Marco Torres, aseguró que recibieron 68.206, de los cuales resolvieron 52.081 casos, el 76,35%. Además, expresó que para noviembre esta cifra deberá estar por encima del 80%.
No obstante, los ciudadanos siguen sufriendo la problemática y aseguran que están cansados. “Todo lo que ellos dicen es como una mentira, (…) todo es promesa y nada se cumple”, sentenció el ciudadano Ángel Pulgar, de 65 años.