La ciudad de Nueva York (EEUU) anunció que cerrará, en febrero, las carpas gigantes instaladas en la isla de Randall para albergar a migrantes.
Estas estructuras temporales fueron erigidas en respuesta a la llegada masiva de solicitantes de asilo, buscando proporcionarles un refugio provisional mientras se procesaban sus casos.
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Sin embargo, con el descenso en el número de llegadas y el avance en la búsqueda de soluciones más permanentes, las autoridades han decidido que es momento de desmantelar estas instalaciones.
De acuerdo con el alcalde de Nueva York, Eric Adams, su administración, que ha gestionado la llegada de más de 218.000 inmigrantes en los últimos dos años, ha solicitado órdenes ejecutivas federales para expulsiones en la frontera, logrando así reducir «significativamente» el flujo hacia Nueva York.
Además, señaló que estas acciones se suman a otras medidas de su administración, como acortar la permanencia en los refugios y financiar el traslado de aquellos que deseen continuar hacia otros destinos.
Indicó, que estas iniciativas han resultado en una disminución continua del número de solicitantes de asilo en la ciudad durante 14 semanas consecutivas, alcanzando el nivel más bajo en más de un año y generando un ahorro de 2.000 millones de dólares.
«Gracias en gran parte a nuestras estrategias de gestión inteligentes y a nuestra defensa exitosa, hemos superado esta crisis», afirmó Adams en un comunicado.
Adams explicó que la ciudad ya ha desmantelado la carpa principal, que contaba con 750 catres, y ha devuelto ese terreno deportivo a su estado original.
Además, indicó que en los próximos meses continuarán reduciendo gradualmente la población en Randall.
Informó también que, una vez completado el proceso en febrero, la ciudad invertirá en la restauración de los campos deportivos y las zonas verdes que fueron afectadas por el albergue.
