Aproximadamente el 9 % de las personas en el mundo sufren de un trastorno en el que pierden el deseo sexual. Esta condición afecta tanto a hombres como a mujeres. Por suerte, un grupo de científicos parece haber conseguido la solución gracias a la aplicación de kisspeptina.
La kisspeptina es una hormona neuropéptida que se encuentra en el cerebro. Está involucrada en el inicio de la pubertad, la regulación de los ciclos menstruales y la fertilidad. Entre otras cosas, también puede ayudar a reducir las posibilidades de cáncer y a la fertilidad si se combina con fecundación in vitro.
Más allá de todas esas bondades, el estudio publicado en JAMA Network Open asegura que puede mejorar las respuestas a los estímulos sexuales y aumentar las vías cerebrales de atracción, independientemente de otras hormonas reproductivas.
Este sería el primer paso para un tratamiento efectivo para personas con trastorno de deseo sexual hipoactivo (TDSH). Los estudios fueron dirigidos por médicos y científicos del Imperial College London y el Imperial College Healthcare NHS Trust.
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Los resultados del estudio clínico sugieren que la administración de kisspeptina mejoró el procesamiento cerebral sexual tanto en mujeres como en hombres, lo que resultó en efectos positivos sobre el comportamiento sexual en comparación con el placebo.
Estos efectos incluyeron un aumento en el deseo sexual, el disfrute sexual, la satisfacción sexual y la conexión emocional.
Alexander Comninos, coautor principal del estudio, destacó que “el bajo deseo sexual puede ser angustiante y, por lo tanto, provocar desencadenar un trastorno”.
Además, no reportaron efectos secundarios, lo que les permite seguir avanzando con este tratamiento experimental, reseñó Infobae.