Por la Dra. Carmen Mantellini
Todas las mujeres tenemos en el canal vaginal bacterias, hongos e incluso virus que cohabitan de manera armoniosa, y cumplen una función al mantener el equilibrio vaginal, sin embargo, hay situaciones en las que este equilibrio se rompe y aparece un flujo vaginal que pica, huele mal, puede manchar la ropa interior y trae complicaciones si no se trata adecuadamente.
Uno de los factores de la vida moderna, ligado a la aparición de este desequilibrio, es el estrés. En estas circunstancias, se eleva una hormona llamada Cortisol que a su vez genera una disminución de los niveles de estrógeno en sangre, de ahí que las células vaginales no maduren adecuadamente y estos cambios disminuyen la existencia de lactobacilos, con ello el aumento de sustancias proinflamatorias que generan el sobrecrecimiento de otras bacterias, produciéndose así la llamada vaginosis.
Los lactobacilos o bacterias productoras de ácido láctico constituyen las bacterias predominantes en una vagina saludable, de ahí que cada circunstancia que afecta su crecimiento, altera el equilibrio vaginal.
Adicionalmente, las bacterias que producen la vaginosis, en especial la Gardnerella vaginalis, al lograr estar en contacto directo con las células vaginales, inicia la formación de una biopelícula que le permite aislarse y aumentar la inflamación, hecho que ocurre sobre todo en esas pacientes que refieren que los síntomas no mejoran a pesar del tratamiento, en estos casos tratamos con una sustancia que destruye esa capa antes de indicar y repetir el tratamiento.
Fumar, el uso inconsistente de preservativos en cada relación sexual, el uso y abuso de duchas vaginales y la obesidad también alteran estas condiciones en el canal vaginal que reducen la población de lactobacilos y el crecimiento consecuente de otras bacterias.
Cabe resaltar que este desequilibrio no se considera una enfermedad de transmisión sexual, aun cuando sea frecuente en mujeres con vida sexual activa y siendo mucho más frecuente en mujeres que tienen relaciones sexuales con mujeres, sobre todo con el intercambio de juguetes o cuando una de las parejas tiene una vaginosis bacteriana activa antes de iniciar la relación sexual.
En resumen, debemos en primer lugar identificar los factores que pueden estar favoreciendo su aparición y entender la importancia del tratamiento oportuno, ya que la vaginosis está ligada a infertilidad, parto pretérmino, infección posterior a cirugías ginecológicas y a un aumento del riesgo de infección por gérmenes de transmisión sexual.
Si tienes flujo genital, es importante consultar sin automedicarse. Para conocer mucho más de este tema visita mis redes sociales @Dramantellini.
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