Por la Dra. Carmen Mantellini
La mortalidad materna se encuentra ligada al desarrollo económico y social de los países. Se supone que los avances científicos y los procedimientos terapéuticos en la especialidad contribuyen a la atención, prevención y control de la mortalidad materna, sin embargo, en las sociedades en las que existen fallas en los servicios de salud y se presentan situaciones de pobreza, la salud de la madre se encuentra en riesgo.
Para valorar la mortalidad materna se habla de razón que no es más que la relación entre el número de muertes maternas en un período de tiempo por cada 100 mil recién nacidos vivos. En los países desarrollados, esta razón es de 1 por cada 4900, a diferencia de los países en desarrollo, que alcanzan cifras de 1 en 54.
¿Qué pasa ahora?
Según la Organización Panamericana para la Salud, la razón de mortalidad materna para el 2017 se estimó en 125 por 100.000 nacidos vivos, lo que supone un incremento de 5% respecto del valor estimado para el 2000.
Si nos vamos a trabajos publicados sobre el tema, sólo en la Maternidad Concepción Palacios, esta razón alcanzó 135,96 x 1000 nacidos vivos, con un pico alarmante de 218,25 x 100 mil niños nacidos vivos. (Rev Obstet Ginecol Venez. 2021; 81 (4): 342-353.)
¿Qué podemos hacer?
Mientras se establecen las mejoras en la adecuación de los centros de salud a nivel nacional existen estrategias de prevención en las futuras madres al momento del parto. En un estudio recientemente publicado en la revista New England Journal of Medicine el pasado 30 de marzo de 2023, en el cual estudiaron a más de 28 mil mujeres, pudieron demostrar, que la administración de 2 gr de azitromicina, un antibiótico de bajo costo y fácil de tolerar, en mujeres en trabajo de parto a partir de la semana 28 de gestación, redujo la incidencia de sepsis, esto es, de infección generalizada en la madre, reduciendo significativamente el riesgo de muerte materna.
Esta estrategia relativamente sencilla y económica pudiera aportar a cumplir uno de los objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el desarrollo sostenible, en la que se propone garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
Específicamente en su apartado 3.1 se propone reducir la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100.000 nacidos vivos.
Para conocer más de este tema visita mis redes sociales @Dramantellini.
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