Por el Dr. Ricardo Soto-Rosa
Al terminar la copiosa cena de año nuevo, el empresario Virgilio Matei, aun saboreando el almíbar del tradicional dulce de lechosa, levantó su pesado cuerpo de la cabecera de la mesa y salió buscando el aire fresco del ventanal.
Su esposa Domitila le llevó una copita de licor de menta, “buena para la digestión” y mientras abría otra caja de cigarrillos, examinaba en su consciencia, los excesos cometidos durante el año que terminaba.
Virgilio estaba claro de sus malos hábitos, entre ellos, la afición por el alcohol, parrillas y cigarrillo, los cuales estaban acabando con su salud. Se sentía torpe, cansándose fácilmente y hasta en la intimidad, observaba con mucha preocupación, cómo había perdido rigidez y le costaba ponerse a tono para satisfacer a Domitila. Aquella madrugada, escuchando las detonaciones de cohetes, prometió entre bocanadas de humo, que a partir de ese momento comenzaría a cuidarse con una sana alimentación y los ejercicios que tanto practicaba en sus años de estudiante.
Muy temprano, aún con la resaca, Virgilio siguió en su firme determinación. Salió en medio del frío a trotar por la urbanización, pero tras unos veinte minutos ya no podía con su alma, regresó al jardín y decidió hacer algunas series de abdominales y saltos de rana. A pesar del crujir de sus rodillas y el intenso cansancio, logró completar tres series de diez y se fue a bañar con agua helada.
A la mañana siguiente, Virgilio tenía el cuerpo muy adolorido, pero siguió en su propósito de cuidarse y de nuevo estaba trotando, a los pocos minutos lo embargo, cierta sensación de inestabilidad con dolor en el pecho, obligándolo a detenerse y descansar, pero cada vez que retoma el paso aparecían de nuevo los síntomas.
Virgilio pensó que era normal por el tiempo inactivo entre sus largas jornadas de trabajo en escritorio y su plácida forma de entretenimiento, acostado, viendo series de televisión o sentado, leyendo las historias noveladas de famosos autores.
Caminando llegó al amplio jardín que rodeaba su casa y se dispuso hacer diversas series de ejercicios, sobre la grama húmeda por el rocío Domitila observó que Virgilio respiraba como un toro en medio de la faena, sudaba demasiado y el color de su piel no le gusto. Virgilio seguía de manera obstinada con su reto de abdominales hasta que se le fueron los tiempos y en medio de los gritos desesperados de Domitila, unos vecinos cargaron el voluminoso cuerpo de Virgilio hasta la camioneta del señor Bonifacio, donde fue trasladado a la Clínica.
En medio de gritos y cornetas se estacionaron frente de la emergencia, donde unos camilleros abandonaron sus vasos de café y a la carrera, llevaron una camilla con grandes ruedas, hasta la camioneta de Bonifacio.
Los médicos al practicar la evaluación, lo encontraron pálido, frío y deshidratado. Unos cambios en el electrocardiograma y unas enzimas cardíacas elevadas, revelaban falta de irrigación sanguínea en parte del corazón, estaba en medio de un infarto. Un traumatólogo que también participó en la atención de Virgilio le diagnosticó hernia en la columna lumbar, así como lesión de meniscos y ligamentos en ambas rodillas.
Antes de comenzar una rutina de ejercicios es recomendable la evaluación médica donde se descarte la presencia de patologías ocultas o condiciones adquiridas que puedan contraindicar la misma.
En nuestra consulta de urología vemos con frecuencia a hombres y mujeres que con mucho entusiasmo comienzan sus rutinas de ejercicios y al cabo de no mucho tiempo, presentan diferentes afecciones que les imposibilita continuar, por lo que se sienten desorientados y frustrados, lo cual pudiera prevenirse con una adecuada evaluación física previa, así como con un plan de ejercicios personalizados de acuerdo a las condiciones de cada quien.
Entre otras manifestaciones tenemos los lumbagos por movimientos bruscos o por sobrecarga de fuerza en una columna ya debilitada, lo que ocurre cuando no hay supervisión de un entrenador o un adecuado plan de ejercicios que debe ser indicado a cada individuo según su edad y condiciones particulares
El lumbago es un frecuente motivo de consulta urológica porque es asociado con la presencia de cálculos en las vías urinarias, los cuales pueden ser a consecuencia de una pobre hidratación, así como por la ingesta de determinados preparados de aminoácidos y otras sustancias usadas con el fin de aumentar la masa muscular.
Aquellos hombres que presentan disfunción en la erección deben hacer una evaluación cardiovascular ya que la razón en alto porcentaje está relacionada a la obstrucción de los vasos sanguíneos y lo mismo puede estar ocurriendo en las arterias coronarias del corazón, teniendo gran riesgo de infartarse ante cualquier exigencia.
A las personas con sobrepeso se les recomienda ser muy cuidadosas al realizar actividad física ya que se pueden lesionar la columna o diferentes articulaciones. Después de salir de la Unidad de Terapia Intensiva y pasar varios días, fue visitado por una nutricionista y un fisiatra, quienes iniciaron un programa de dieta dirigido a su condición, así como un plan de ejercicios para rehabilitación y fortalecimiento de grupos musculares ya muy debilitados por sus hábitos sedentarios.
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