Por el Dr. Ricardo Soto-Rosa
Apoyado sobre la floja baranda de pintura desconchada se encontraba Arnoldo Pedernales. Su balcón del tercer piso, era iluminado en forma intermitente por un viejo poste de luz, situado justo frente del bloque. Unos perros hambrientos hurgaban en una bolsa de basura esparciendo su contenido en medio de la calle.
Era de madrugada y Arnoldo no conseguía conciliar el sueño, decidió comer dos lonjas de queso amarillo con una taza de leche, mientras tomaba un poco de aire fresco.
Arnoldo recordó las últimas recomendaciones del doctor antes de salir del hospital, cuando fue necesario sacarle su atrofiado riñón derecho, infectado y repleto de piedras como una maraca. “Arnoldo, ahora tienes un solo riñón, cuídalo, olvídate del queso y todos los derivados de la leche” pero Arnoldo era débil ante la tentación y decía con orgullo, “soy tremendo y goloso como un ratón”.
Una fuerte punzada del lado izquierdo de la barriga, lo puso en guardia; era el mismo dolor que ya conocía cuando un cálculo comienza a bajar desde el riñón hacia la vejiga, obstruyendo el fino conducto por donde transcurre la orina.
Arnoldo empalidecido y sudando frío, fue a despertar a su esposa Catalina, pero antes de llegar al cuarto, las náuseas lo obligaron a cambiar el curso hacia el baño, donde vomito copiosamente. El dolor lo atenazaba cada vez con más intensidad y una sensación de malestar general y debilidad, le indicaban la necesidad de acudir cuanto antes a un centro asistencial.
Los gritos de Arnoldo y su esposa, despertaron a los vecinos, quienes se apersonaron para prestar su ayuda, un joven del cuarto piso, le ofreció llevarlo en su moto y cuando ya se disponían a salir Arnoldo no podía mantenerse en pie, entonces apareció la vecina del frente con una vieja camioneta de transporte escolar, allí montaron al pobre Arnoldo Pedernales quien estaba ya confuso y tembloroso.
Se define “monorreno” a toda persona que tiene un solo riñón, bien sea de nacimiento o que lo perdió por alguna circunstancia. Esto lo convierte en un ser humano más frágil, ya que el riñón es un órgano fundamental para la vida, el cual se encarga de varias funciones vitales como el filtrado permanente de la sangre para eliminar lo tóxicos y mantener estables todos los valores del organismo, así como también estimular la producción de hemoglobina y regular la tensión arterial, entre otras.
Al obstruirse un riñón único, se pasa de inmediato a un cuadro de insuficiencia renal aguda que, de no ser atendido a la brevedad, tiene graves consecuencia e incluso puede causar la muerte. Para evitar daños en los riñones, debemos mantenernos siempre bien hidratados, con una dieta balanceada, sin incurrir en el error de ingerir en exceso un determinado alimento, lo recomendable es comer un poco de todo y no mucho de uno solo.
Arnoldo fue ingresado de emergencia y al ser conocido como un paciente monorreno fue tratado con mucha prudencia al administrarle los diferentes medicamentos y líquidos, tampoco se utilizaron medios de contraste para hacer los estudios.
Se le diagnosticó un cálculo obstructivo del uréter izquierdo que generaba una gran acumulación de orina en el riñón llamada hidronefrosis. Arnoldo fue conducido a toda prisa al quirófano donde se realizó un sofisticado procedimiento endoscópico sin requerir heridas, logrando fragmentar el cálculo con energía laser y dejar nuevamente libre el paso de orina, el cual fluía de manera abundante mientras el organismo de Arnoldo se desintoxicaba.
Al día siguiente, frente a su esposa Catalina, Arnoldo le prometió al doctor, que, a partir de ese instante, sería muy selectivo con los alimentos a ingerir y se mantendría muy bien hidratado para no pasar nunca más por una experiencia tan ingrata.
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