La esposa de Carlos Luis León, un migrante venezolano que se ahogó cruzando el río Bravo el pasado 21 de diciembre, está solicitando ayuda económica para que su cuerpo sea cremado por la funeraria y no termine en una fosa común.
La mujer, identificada como Dayana Graterol, debe reunir 4.500 dólares para realizar la cremación y la funeraria, ubicada en la ciudad mexicana de Matamoros, le pueda enviar las cenizas de su esposo a Utah, donde reside actualmente con sus dos hijos y un sobrino.
“El cuerpo lo tienen los forenses de matamoros y actualmente estoy pidiendo ayuda porque no tengo el dinero que me está cobrando la funeraria. He hecho rifas, he recibido algunas donaciones, pero aún no tengo el dinero completo”, reveló Graterol en entrevista concedida a El Diario NY.
Indicó que hasta los momentos tiene reunidos 1.500 dólares por lo que aún le faltaría reunir $ 3.000. La funeraria solo puede conservarlo durante un mes y medio, advirtió la fémina.
Dayana Graterol tiene a disposición una cuenta Zelle para que las personas le hagan llegar sus contribuciones: dayanagraterol2308@gmail.com.
MUERTE DE LEÓN SE VIRALIZÓ EN LAS REDES SOCIALES
La muerte del venezolano quedó registrada en un video que se viralizó en las redes sociales. Las terribles imágenes muestran los momentos de angustia en los que el joven luchaba por salir del río Bravo. Junto a él se encontraba un haitiano que también se ahogaba y, en su desespero por sobrevivir, jalaba a Carlos hacia el fondo, lo que a la postre le imposibilitó mantenerse a flote.
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Fue el 14 de enero cuando las autoridades de México consiguieron el cuerpo del venezolano. Desde entonces, su familia ha intentado recaudar el dinero para costear el servicio funerario, que incluye la cremación del cadáver y el traslado desde Matamoros hasta Utah.
La mujer asegura que decidieron migrar debido a la crítica situación que se vive en su país.
“Teníamos una carnicería y lamentablemente el gobierno estaba extorsionándonos. Teníamos que darle carne, dinero y esas cosas. Por eso decidimos venirnos. Vendimos el carrito que teníamos y con eso migramos”, reveló Graterol.