Miles de mujeres migran a otros países en busca de un mejor futuro y nuevas oportunidades. Sin embargo, para muchas de ellas, el camino no es tan fácil y terminan siendo víctimas de redes criminales como el Tren de Aragua, que las convierte en víctimas de explotación sexual para su beneficio.
Una investigación de El Espectador y la Alianza Rebelde Investiga da una mirada dentro de esta problemática que vulnera los derechos de las mujeres.
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La historia de las damas que son víctimas de esta red criminal es desgarradora. «Los primeros meses que estuve ahí era carne fresca… decían ‘ya llegó carne fresca’, tiene 17 años, tiene 16″, narró una de las víctimas.
Otra de ellas menciona que «cuando llega la noche, ella se desnuda… empieza a bailar, empieza a seducir y empieza la puesta al mayor postor… el primero que se acuesta con esa niña».
Laceraciones en la piel, tumores en los ovarios, infecciones de transmisión sexual, depresión, estrés postraumático, ansiedad, trastornos de sueño. Estos son algunos de los impactos a la salud física y mental que las migrantes venezolanas que dijeron que les quedaron tras su paso por la prostitución.
Estos testimonios son solo la punta del iceberg de una realidad que afecta a miles de mujeres en Latinoamérica.
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Según Natalia Herrera, una de las investigadoras del proyecto, tuvieron acceso a varios testimonios de las mujeres víctimas de las redes de explotación del Tren de Aragua. A partir de allí, iniciaron la documentación del fenómeno criminal que tiene su centro de operaciones en Colombia, pero que se ha extendido a otros países de la región.
De acuerdo a esta investigación, hay audios interceptados que comprueban quiénes estarían detrás de este atroz crimen. Herrera asegura que en ellas se “demuestra cómo están detrás del delito del control de muchas mujeres en prostitución”, aunque hace énfasis en que “estos delitos no se les ha imputado al Tren de Aragua en Colombia».
El modus operandi de la red criminal es variado y efectivo. Desde supuestas agencias de modelaje que realizan castings, ofertas engañosas en clasificados y redes sociales, hasta anuncios de presuntos concursos de belleza e «historias de éxito» de conocidos. La investigación logró identificar algunos de los métodos de captación de las víctimas de trata.
La investigación no solo cuenta con audios sino que también incluye mapeos de las rutas terrestres usadas para trasladar a las víctimas dentro del territorio colombiano, un glosario de términos utilizados en la red y señales de alerta para evitar caer en la trampa.
Además, se recogen declaraciones de funcionarios oficiales de Colombia, Venezuela, Chile y Perú que detallan el funcionamiento de la red criminal. Aunque la red comenzó en Venezuela, se ha expandido fuertemente en al menos cinco países de la región.
