Las autoridades británicas condenaron a prisión al depredador sexual Alexander McCartney, de 26 años, quien se hacía pasar por adolescente para chantajear a varios jóvenes, incluyendo a uno que se terminó quitando la vida.
McCartney vivía en la ciudad de Belfast, en Irlanda del Norte, y cometía sus crímenes por Internet. De acuerdo a las investigaciones, se hacía pasar por un adolescente para contactar a jóvenes de entre 10 y 16 años.
El depredador contactaba con los menores por redes sociales y buscaba entablar una amistad. Empezaba pidiéndoles fotografías, pero luego los chantajeaba exigiéndoles material sexual más gráfico.
Los fiscales presentaron 185 cargos por abusos de menores en contra de McCartney. Finalmente, las autoridades lo sentenciaron a pasar 20 años tras las rejas y creen que es el caso más grave de estas características en la historia de Reino Unido.
CHANTAJES DE MCCARTNEY
Los crímenes de McCartney se remontan hasta hace varios años. Una de sus víctimas, una adolescente de apenas 12 años, se quitó la vida en mayo de 2018 para no tener que ceder ante los chantajes, puesto que le pedía involucrar a su hermana menor en actos sexuales.
Por otra parte, McCartney amenazó a otra menor con enviar a varias personas a su casa para que «la violaran» si no accedía a sus exigencias. Muchos de los chantajes involucraban a los hermanos menores de las víctimas.
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McCartney se declaró culpable de homicidio involuntario por la muerte del adolescente que se quitó la vida. Asimismo, aceptó otros 59 cargos de chantaje, docenas de cargos de distribución de fotografías indecentes y otros por incitar a menores a tener actividad sexual.
La policía calificó a McCartney de «pederasta cruel, temerario y peligroso». Por su parte, el juez encargado del caso dijo que era un «desviado sexual» que usó las redes sociales «a escala industrial para infligir un daño terrible».