Investigadores encontraron una particular tumba en un cementerio del siglo XVII en el pueblo de Pien, Polonia. Esto se debe a que el féretro contaba con una hoz para que la mujer, acusada de ser una “vampira”, no pudiera levantarse si “volvía a la vida”.
El líder de los investigadores, el profesor Dariusz Poliński, expuso que era una forma de entierro “inusual”. Para el especialista, se debe a que la mujer estaba acusada de vampirismo y buscaban evitar que “regresara de la muerte”.
“La hoz no se colocó plana, sino que sobre el cuello de tal manera que si el difunto hubiera tratado de levantarse, lo más probable es que la cabeza hubiera sido cortada o herida”, explicó el profesor, según reseñó Infobae.
Poliński acotó que se aplicaban otras técnicas para protegerse de los muertos. “Incluyen cortar la cabeza o las piernas, colocar al difunto boca abajo para morder el suelo, quemarlo y aplastarlo con una piedra”, añadió.
¿POR QUÉ LA ACUSARON DE “VAMPIRA”?
Los expertos indicaron que en el medioevo las mujeres eran propensas a condenas por vampirismo. Estas represalias eran por cualquier acusación o anomalía, como negarse a casarse, tener un aborto espontáneo o incluso menstruar.
En el caso de la “vampira” de Polonia, los investigadores sospechan que era de un estatus social alto. Estas condenas afectaban a mujeres de todas las clases sociales y se caracterizaban por una histeria parecida a los juicios de brujas.
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En esa época, la Iglesia Católica se dedicaba a buscar a vampiros ya muertos y tenían varias formas para verificar que siguieran muertos. En tal sentido, la gente temía que quienes estaban enterrados volvieran a la vida e hicieran daño a los vivos.
Los mitos de los vampiros eran muy comunes durante la Edad Media en Europa del Este. Esto generó una histeria masiva en algunas ciudades e, incluso, llevó a la ejecución de las personas que se creía practicaban vampirismo.
