En el día de la lucha contra el cáncer de próstata

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Por Caraota Digital 6 Min de Lectura
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Por el Dr. Ricardo Soto-Rosa

El metro emergió del túnel sobre la estación caño amarillo, mientras un torrente de luz matutina invadió los vagones, encandilando a algunos pasajeros. Al instante le repico el celular a un señor de palto y corbata, quien busco rápidamente entre sus bolsillos, contestando la llamada con apremio. Gabino el pastelero estaba sentado muy cerca de él por lo que pudo escuchar la breve conversación.

“Si, voy en camino al banco, hoy tenemos la auditoría”… “ok, al salir iré directo al consultorio del doctor”… “por favor acompáñame”… “eso me paso por descuidado, eso de la próstata, primero a mi papá y ahora a mí”.

Gabino el pastelero había leído en diferentes artículos la importancia de hacer el chequeo urológico anual a partir de los 40 años de edad y conocía a varios hombres que estaban en tratamiento por diversas enfermedades relacionadas con la próstata.

Arquímedes el socio de la panadería había sufrido de prostatitis el año pasado, la cual se debió a la colonización de bacterias posterior a una relación fortuita sin protección.

Gabino recordaba con claridad la gran preocupación vivida por Arquímedes al sentir un dolor intenso detrás de los testículos al momento de la eyaculación que se acompañaba de semen con rastros de sangre. Después de consultar al Dr. Pedernales debió cursar un largo tratamiento con antibióticos que finalmente erradicaron la infección.

También pensó en el Sr Jean Pierre, un famoso empresario, cliente de la panadería, que siempre llegaba luciendo sus trajes impecables con llamativas combinaciones. Sin tener ningún síntoma, por insistencia de su esposa Nohemí, decidió consultar y le encontraron cáncer de próstata, siendo operado con el famoso robot, estando el tumor “limitado al órgano” por lo que sus médicos lo consideraron curado. No requirió tratamientos adicionales, solo control periódico.

El Sr Jean Pierre hablaba con frecuencia de su experiencia para alertar a otros clientes en la necesidad del examen urológico así tengan normal el valor del PSA o antígeno prostáticos y no presenten molestias en el área.

Otro caso muy lamentable fue el del capitán retirado Carlos Pérez Bruzual quien frecuentaba la barra del café muy temprano en las mañanas, hasta que dejo de ir por un dolor persistente en la espalda. El Capitán pensó que se debía a la falta de ejercicios y siguiendo el consejo fatal de un compañero de fuerza se auto medicó con ampollas de testosterona, las cuales potenciaron un cáncer oculto en su próstata, desencadenando lesiones metastásicas en la columna con fractura de la misma quedando paralítico.

Él era testigo de las constantes críticas que hacía Pérez Hurtado, en sus visitas matutinas considerando a los médicos personajes “Pantalleros y engreídos” “solo estaban pendiente de sacarle plata a los ingenuos”.

Gabino no tenía síntomas de ninguna naturaleza, orinaba con buen chorro y rara vez se paraba en las noches. Recordaba la historia de su abuelo paterno, Don Aureliano, quien falleció de cáncer de próstata a los 52 años. Relaciono la conversación recién espiada haciéndole ruido la frase donde el señor de palto y corbata decía: “primero a mi papa, ahora a mí….” por lo que pensó “esto como que también tiene que ver con la herencia”

Gabino el pastelero, evitando los chistes malos de sus compañeros de trabajo y de su compadre Agustín había diferido muchas veces someterse a una evaluación con el urólogo, pero ante la inquietud que despertó esa conversación decidió pedir cita con el Dr. Pedernales urólogo de la clínica ubicada frente a la panadería.

El lunes siguiente al salir en la tarde de su jornada laboral, Gabino acudió a la consulta pautada llevando consigo los resultados de los exámenes de laboratorio recomendados para la primera consulta urológica que incluían un perfil de laboratorio general además del PSA.

El Dr. Pedernales recibió con afecto al pastelero. En todo el interrogatorio no encontró ningún dato alarmante. Fue pasado a la sala de examen practicando un eco, donde se evidencio la presencia de ambos riñones de anatomía conservada sin imágenes patológicas, así mismo en la vejiga y la próstata no presentaba hallazgos negativos.

El examen físico fue muy minucioso encontrando una excelente salud corporal, el tan mencionado tacto apenas si duro unos segundos sin generar molestia alguna. Gabino esperaba con paciencia que el Dr. Pedernales terminara la evaluación de los exámenes. Lentamente levanto su mirada y le dijo: “Gabino estas en excelentes condiciones, no te descuides más de esa manera, has tenido gran suerte, pero tiene el importante antecedente familiar del cáncer de próstata. Te espero de nuevo dentro de un año, en este mismo mes de noviembre, mes de la salud masculina.

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