La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, aceptó las reglas propuestas para el debate del 10 de septiembre con el expresidente y candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump.
El debate, que se llevará a cabo en el National Constitution Center de Filadelfia, ha generado gran expectación debido a la tensión política y las diferencias ideológicas entre ambos candidatos.
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Harris, quien asumió la candidatura demócrata tras la salida del actual presidente de EEUU, Joe Biden, había expresado su preocupación por el formato del debate. Especialmente, por la decisión de no mantener abiertos los micrófonos de ambos participantes durante todo el evento.
A pesar de estas preocupaciones, Harris ha decidido aceptar las reglas para asegurar la realización del debate y evitar que Trump se ausente, como había amenazado en ocasiones anteriores.
El equipo de campaña de Harris aceptó el debate a través de una carta enviada a la cadena ABC News, con lo cual aparentemente se puso fin a la discusión en torno al tema de los micrófonos abiertos.
Por otro lado, el equipo de Trump ha insistido en la necesidad de cerrar los micrófonos cuando no sea el turno de hablar de cada candidato, argumentando que esto evitará interrupciones y permitirá un debate más ordenado.
Esta postura ha sido criticada por algunos analistas, quienes consideran que podría proteger a Trump de las confrontaciones directas con Harris.
Sin embargo, la cadena ABC News, encargada de la transmisión del debate, ha defendido el formato propuesto, asegurando que garantizará un intercambio justo y equilibrado.
Pese a la controversia en la previa, el debate del 10 de septiembre promete ser un evento crucial en la carrera presidencial de Estados Unidos. Con ambos candidatos aceptando las reglas establecidas, se espera que el encuentro ofrezca a los votantes una visión clara de las propuestas y posiciones de Harris y Trump.
